Tal vez con un poco de alguna sustancia especial lo habría podido jurar. Estuve dentro de un cuadro.
Con certeza uno de Monet.
Al salir de Londres comienza la pastisura: extensiones kilometricas se miran a lo lejos. Verde por todas partes y gracias al comienzo de la primavera los árboles también se estan haciendo de follaje.
El pasto esta cortado perfectamente, cual cancha de futbol, y de pronto un pedazo bastante grande se ha vuelto una alfombra de flores amarillas, metros y metros de flores.
Una pequeña casa se alza a lo lejos, casa inglesa, de tejado, como de cuento. Alrededor de ella la alfombrita y un árbol frondoso en frente. El cielo se ha pintado un poco rojizo, el sol se está yendo y a lo lejos se encuentra con la luna que a empezado a brillar de a poquito.
Por la carretera siguen intermitentes las flores, los árboles y una que otra pequeña villa de casas en ladrillo con ventanas en el techo.
La última imágen sólo se ha vuelto el comienzo del tráfico para entrar a Londres.
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