viernes, 25 de junio de 2010

grande

Hoy Angelo me dijo - ¿me puedes cargar? -
A lo que contesté - estas muy grande ya y pesas un montón, la próxima vez que te vea ya estarás más grande que yo -

-Cuando vuelvas y sea más grande que tú, yo te voy a cargar cuando estes cansada y te voy a poner en la cama cuando te quedes dormida en otra parte -
Me dijo ese pequeñito que no me llega ni siquiera a las rodillas.
Lo conozco ahora tan bien y se que lo extrañaré.

partida

Terrible calor¡ O al menos me parece que es bochornoso. Rico para ser sinceros.
En días como hoy uno no se inspira tanto, sólo transpira felicidad, parece que el sól y los bichos subiendosele a uno hacen a todos felices.

Yo no se de que lado ponerme.

Hace un par de días la mejor amiga que he hecho en esta ciudad, alguien con quien la gracia se dio instantanea, no es como yo, yo no soy como ella, pero es lindo y comodo estar con ella, sobre todo para reirnos de cualquier cosa que pase. Total que volvió a su país, eso me dio un golpe no sólo en la nostalgia, la tristeza, el extrañar sino también en la realidad, la mía.

He de volver en un par de días al país donde he vivido por tanto tiempo, no podría decir que soy de allí del todo, pero una parte si, una que siempre responde lo mismo, más por costumbre y evitar explicaciones que por otra cosa.
-Y ¿de dónde eres? -
-México - contesto, aunque otras veces, con más animos complemento - mitad mexicana, mitad boliviana -

La sensación es muy extraña, está esta linda comodidad, así de linda, como para irme a tirar al pasto del parque con otro montón haciendo lo mismo, volver a casa a las 3 de la mañana, tomar el bus y caminar, sólo sentirse.

Pero también mi yo, se ha estancado, un tanto, ese crecimiento itelectualoso, seudo y egolatra necesita hacer algo. Parece que volver después de todo es más bien a construir una partida mas larga.

Y además de oir mexicanos recien llegados diciendo -¿ a que vuelves?, si todo está cada vez peor alla-
Y luego abro el periodico y da miedo, es verdad, recuerdo.

Los amigos que he hecho son fantasticos, si lo que menos quiero es dejarlos, ¿qué pasará luego?

Esto se acaba pronto, y pronto una etapa se cierra.
Aún puedo sentir lo mismo cuando pise esta casa, cuando tomé mi primera taza de té con leche, cuando salí sola a explorar los alrededores, tomar el autobus e ir a pasar el fin de semana a casa de Pablo, mi hasta ahora refugio.

Se empaña todo, y yo siento que no todo estará tan mal.

viernes, 18 de junio de 2010

noche

Caminamos hasta el Bar Italia, las calles estaban llenas, gente con poca ropa que salió a disfrutar del calor.
Este pequeño lugarcito se abrió hace muchos siglos, cuando los migrantes italianos llegaron a Londres huyendo de la pobreza de su país; Soho se convirtió en su casa, hubo una epidemia de colera y mucha gente murió, la pobreza era muy evidente.
Todo esto lo fue relantando él en el camino.
Ahora Soho es un barrio de moda, lleno de bares y clubs, sobre todo gays.
Vimos el partido, México - Francia, hablamos mucho sobre lo que estaba pasando en México y la situación actual de Bolivia. Gritamos al unisono con los dos goles que hicieron ganar a México en un partido que apenas si vimos pues estabamos ocupados en otras pláticas.

Salimos de allí y acordamos que teníamos hambre. - ¿Quieres ir a probar higado? - me dijo. A lo que contesté que si bien me había aventurado a muchas cosas no se si sería algo que se me antojase de entrada. Se burló de mí y luego sin decir nada caminamos al río.

La luz se fue difuminando en el cielo, los colores cambiaron de rosas a morados hasta convertirse en una completa oscuridad. Pasamos el puente, ese de donde se ve todo, de un lado la rueda que da vueltas, siempre iluminada, del otro lado los edificios y la iglesia con una cúpula enorme. Nos detuvimos en el puente a mirar, sentir el viento fuerte revolviendonos todo el pelo.

Al fin entramos a un salon cubierto de vidrio, se veía el río y las luces por todas partes en la ciudad.- Pizza porfavor - dijo, comimos pizza hasta cansarnos. Un ratón pequeño empezo a revolotear por ahí, caminó sin prisa ni culpa por debajo de las mesas, volteo, y siguió su recorrido.
El gerente fue a disculparse por la presencia de aquel pequeño.

Salimos, cogimos el puente nuevamente, nos detuvimos en la parada de buses, pasadas las 12, sólo queda el bus de noche.

Me abrazó con fuerza, me fuí.

miércoles, 9 de junio de 2010

buses

Lo más ironico del mundo es viajar en el peor autobus del mundo en el primer mundo.

He viajado cientos de veces en autobus, de todas las clases y he logrado encontrarle el encanto al asunto, excepto porque no logro conciliar el sueño ni un poquito cuando de viajar de noche se trata.

- Esto es de no creer- le digo a mi amiga, refunfuñando y quejandome con amargura. - Se supone que estamos en el primer mundo y estos son los peores autobuses en los que me he montado. Bolivia es de los países más atrasados y tiene una línea de autobuses, mejor que avión¡ -
Se rie y me dice - ¿en serio? -

Y ahora que lo pienso es totalmente en serio. Hay esos autobuses que son como unas latas viejas, rechinan y siempre estan sobrecargados, la gente parada en medio de bolsas y atados con papas, animales y las ventanas clausuradas, por supuesto no imaginar la carretera. Cientos de horas después uno llega a los pequeños pueblos de este país. Pero también están los otros, autobuses de dos pisos con acientos muy espaciados entre si, con sólo tres hileras. Se reclinan tanto que casí uno queda acostado, sin mencionar la bajadita para poner los pies. Estos van de ciudad a ciudad.

En Chile también son bastante modernos, los asientos son amplios, pero no tanto como los anteriores, pero eso sí, hay servicio de comida como de avión, el asafato pasa con una charola sirviendo comida empaquetada a la hora exacta.

En México está la línea general, Normales, los asientos no se reclinan tanto, pero son soportables, el aire acondicionado siempre es o muy frío o muy caliente, un estandar cualquiera. Pero por ahí uno se encuentra esos llamados ¨guajoloteros¨ donde los pollos gritan encima de uno, la gente va parada y todo cruje dentro del bus.

Pero nada peor que pagar el triple que cualquiera de los anteriores y viajar en uno en el que el asiento siempre ira totalmente horizontal, el espacio entre uno y otro hace que al termino del viaje las rodillas esten rojas como después de haberlas golpeado una y otra vez contra el asiento frontal. Después de mucho tiempo, de Londres a Escocia o viceversa, no he podido dormir ni media hora corrida, mi espalda comienza a resentirse por no mencionar mi cuello.

He de olvidar todo malestar pues otros dolientes se han sumado a la plática y más bien hemos tornado la conversación larga, el sol comienza a salir lentamente y el cielo cambia de colores y tonalidades.

martes, 1 de junio de 2010

ritmo

En un quiosquito que yo esperé que fuese un gran escenario se presentó una banda de salsa, cubanos; fuimos emocionadas de sentirnos identificadas.
Ahí en el pasto estaban sentadas muchas personas entre el picnic, las carreolas y los sombreros. En el quiosco se acomodó la banda con todos sus instrumentos y comenzaron un suave bamboleo de son cubano.

Primera impresión: Fuimos por una cerveza, un jugo y un refresco a la cafetería del parque, al volver. Dos señores dando algunos giritos, aritmicos pero al menos habrán tomado algunas lecciones. Frente a ellos una señora, tal vez tendría 80 años, su cabello rizado, sus lentes grandes, su traje sastre con faldita en color azul, unos pendientes grandes, está ahí haciendo malabarismo al ritmo de la música, tres bolitas que suben y bajan, que saltan entre sí y vuelven a hacer lo mismo una y otra vez. Ella ha seguido toda la canción repitiendo su destreza, termina la canción y comienza otra vez con las siguientes notas.

Nos sentamos y frente a nosotras dos hombres parados, uno tiene el pelo muy largo, unos shorts y mueve los brazos simulando volar, sacude los dedos y brazos y de rato en rato mueve la cabeza alocadamente.

Atras de nosotras hay dos chicos jovenes, no tanto. Pretenden mover sus caderas al ritmo pero han conseguido mover los pies como si de matar arañas de tratará. Hacen el mismo movimiento una y otra vez, adelante y atras, adelante y atras.

Justo a nuestro lado un grupo de señoras hacen una coreografía, pudieron agarrar el sonidito, pero sus cuerpos son como tablas que mueven las piernas al mismo ritmo.

Concluimos que no han sido dotados con este don para bailar nada que implique un movimiento de caderas.

Se acaba la música y como si nada vuelven al pasto o toman sus cosas y marchan hacía otra parte. Los aritmicos han de esperar el siguiente concierto para sentirse felices y nada avergonzados.