domingo, 18 de noviembre de 2012

Síntomas

El amor es un estado de descontrol absoluto, que aterra; siempre está presente la posibilidad de que todo termine mal, y como no se puede controlar lo que el otro haga, diga, piense, sienta, es entonces una constante lucha con la racionalización de aquellos sentimientos que al mismo tiempo provocan un estado de placer.

Se siente muy rico sentir, es como un hormigueo que recorre los brazos, el pecho, la cara, los pies y entonces generan un entorno en el que hasta el más neófito se vuelve creativo.

Pero entonces cuando estas sensaciones llegan al cerebro, éste, se da cuenta que siempre cabe la posibilidad de que nada de eso se inmortalice y que lo contrario a lo que esta sintiendo, es un profundo dolor y cuestionamiento que puede ser igual de intenso. 

Es entonces que el placer se convierte en una dualidad eterna y confusa.