jueves, 4 de agosto de 2011

Espejo

Me he convertido con la lentitud de un ganso en mi madre. Parece que sus manos, sus ojos, sus cabellos, su pierna izquierda e incluso su nariz se aporpia de mí; la otra se resiste, aguanta y tiembla, pero a veces vivo pensando en esa antigua experiencia, la que ahora es venidera.
Resuenan en mis imagenes sus sonidos, me repiten cosas que oigo en acciones. Me convierto de a poco en otra, en mi prima, suenan en mis ojos sus ideas.
Me convierto de a poco en la vecina, mi hermana, la actriz de la telenovela, me convierto en todas, en todos, me retuerzo hasta volverme una masa latente, moldeable. Me convierto en el espejo.