lunes, 18 de abril de 2011

Extraño

Tengo dolor de panza desde hace 3 días. Atribuyo el retorcijón de tripas al resentimiento de mis entrañas a tanto cambio.
Aún mi casa no es mía. Aún tengo que preguntar cómo y cuándo se tira la basura, subir a tender mi ropa a una azotea y oír el ruido de los coches por la mañana.
Todo es nuevo aquí, y no entiendo que pasa.
Todos mis sentidos se sienten atontados, como en un sopor que no me permite sentir más de lo apropiado. El único que se ha dado cuenta de todo es mi estomago. Yo aún parezco drogada.

La cocina ha quedado un poco chica, no me dan ganas de cocinar, no le encuentro el modo y el cuarto es cómodo pero no es mío todavía, tampoco la sala, la vecina me mira y no quiero.

Guardo celosamente cajas de recuerdos que me arraiguen a algo, que me recuerden que yo soy una gitana permanente y que esto de un modo u otro ya lo he pasado cientos de veces. Pero parece que con el tiempo se me fue borrando la marca y ahora soy otra completa sedentaria.
Creo que nunca tanto cambio me había pesado tanto, ni había sido tan extraño. Llego, me apropio y zas, en dos por tres es mío.

No más. Aún deambulo para reconocer los rincones que no me protegen por ahora.

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